martes, 11 de noviembre de 2008

¿SALVAR AL FUTBOL O SIMPLEMENTE TELEVISARLE LA AGONIA?

La violencia sólo conduce al técnico a otro aparato, más nuevo, en cuotas.

DE DONDE SON LOS CANTARES

Antes de cualquier otro avance sobre este mismo terreno, dada la vertiginosidad de estos tiempos, aparece como conveniente tratar al menos de delimitar de qué se trata el asunto. La aparición entre nosotros de la tevé, en los ´50, y luego el paulatino copamiento del fútbol primero en diferido, a mediados de los ’60, luego muy particularmente en vivo y en directo, que es lo que aquí interesa, no generó de por sí hinchadas virtuales, mucho menos en el sentido en que usa el concepto el autor inglés varias veces citado, pero sí conflictos que degenerarán en directas agresiones físicas, vandalismo y hasta víctimas fatales, consecuencia de la clonificación a distancia del escenario y el hecho real. Entonces, quizá, más que de hinchas virtuales nosotros tendríamos a empezar a reflexionar en torno a la virtualización de los conflictos y la antagonización emblemática, con todo lo que eso arrastra.

De movida, si la irrupción del fútbol junto con el capitalismo industrial significó la escenificación del drama social y la ilusión de la participación simbólica en la resolución del destino en juego creó una ilusión que trastocó todo lo conocido hasta entonces en la relación espectáculo/espectador, generando lo que el francés Bernard Jeu llamó la antitragedia y en general un negativo ideológico que permitía hablar hasta de la existencia en ese terreno de una verdadera contrasociedad deportiva, esta intermediación microelectrónica del escenario real, cuando ya la supuesta participación directa era sólo ilusoria, potencia esta cualidad y empezamos ahora sí a estar, para conceptualizar de alguna manera, frente a una verdadera virtualización al cuadrado o en una de esas a la ene y las correlativas alteraciones que esto acarrea. Por lo pronto, el cientista inglés citado, acepta en el mismo trabajo que “la audiencia televisiva no puede tener aún influencia en el resultado del acontecimiento que está mirando.”

Aún, remarquemos y acotemos.



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