martes, 11 de noviembre de 2008

TODAVIA FALTA EL DE MACRI EN PUERTO MADERO

Si vamos a hablar de potlash, no hay como los árabes...

HACIA UNA VIOLENCIA Y UNA RATIO DEPORTIVAS

O, también, una versión posmoderna del Mito de Sísifo, pero en su variante sudaca. O, en una de esas, por qué no, la verdadera pasión cristiana, rediviva y reprocesada industrialmente, que tanto se menea como el fuego sagrado y fascinante que tiene este fenómeno en su seno y que lo alimenta. El grado de sufrimiento que se autoinflige el hincha común, en correlativo aumento con su grado de fanatismo, es parte integrante sine qua non de la llamada fiesta popular y del goce personal si el triunfo por una semana, a lo sumo por un año, corona tanto esfuerzo verdaderamente deportivo en el sentido antiguo del término, porque no perciben remuneración alguna y encima derrochan horas de vida adicionales que podrían disfrutar en otras actividades.

Enfrascado como estaba en la campaña electoral por esos días para salir diputado nacional por la Capital Federal en las elecciones del domingo siguiente con la mayor cantidad de sufragios, el delfín de uno de los principales holding del país se llamó a silencio para pronunciarse, en estos casos que menudean cada vez más entre los responsables de a quién le corresponde la cucarda a la barbarie ganadora y de qué se trata la civilización perdedora. A todo esto, la abrumadora masa boquense no tuvo más remedio que abalanzarse sobre bares, confiterías y lugares especialmente habilitados para ver en vivo y en directo por el sistema codificado que se cobra aparte.

Por ahora, cartón lleno. Pero esto recién empieza. La atroz crisis económica que se niega a retirarse nos ha privado de tener en los estadios gigantescas pantallas que reproducen al instante, ipso facto, todas las delicadezas de cámaras lentas, ángulos invertidos, diferentes puntos de observación, replays, sobre todo de los goles, todo eso para lo que entre nosotros hay que esperar hasta las 22:00 y disfrutarlas en Fútbol de 1ª, el número puesto hace años de Canal 13 en una sociedad con TyC que perdura, o sea, poder gozar de esa mirada múltiple que amenaza con encerrar nuevas ilusiones y nuevos conocimientos sensoriales: “Pasó a ser la realidad definitiva, para muchos fanáticos deportivos, esta condición posmoderna donde la imagen es superior a la realidad”, también estableció el ya citado John Bale. Lo primero es en el Primer Mundo de la UE. Entre nosotros, más modestos, a la criolla, atado con alambre, aunque no producto de investigaciones sistemáticas, la mayor parte de los 2 millones promedio de espectadores que componen la audiencia televisiva de Fútbol de 1ª el domingo a la noche, de sobremesa o con los últimos fideos recalentados, son los que a la tarde estuvieron en la cancha y quieren gozar o sufrir de vuelta, aquí sí, en sentido lato, según el color con que se mire. A tal punto que para este año se eliminó prácticamente a sus tradicionales conductores en vivo y en el piso, y sobre una escenografía computarizada, espantosamente estéril, de un mundo tan iluminado con spots refulgentes como muerto, más que muerto programado e injertado, las principales figuras futboleras hacen de conductores y estrellas televisivas que van anunciando los condensados de los partidos. Muy ricamente sugerente es el nuevo lema impuesto, sobre todo dicho a toda boca por los propios profesionales que agregan su no poco a lo mucho que ganan por mes: “Esto no es fútbol; esto es Fútbol de 1ª .”

A confesión de partes...

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